lunes, 2 de septiembre de 2013

BARRANCO BLANCO, MAS QUE UN RIO

Hace ya un año del  incendio de Barranco Blanco que afectó a seis municipios de la Costa del Sol, Alhaurín el GrandeCoínMarbellaMondaMijas y Ojén, con una superficie afectada de más de 8 225 hectáreas, principalmente de Sierra Negra y Alpujata.

Así que con el final del verano y antes de que bajen las temperaturas hemos aprovechado para ir en familia, ya que el lugar invita a ello, y disfrutar del río y su entorno, pudiendo comprobar de paso como va la regeneración de la zona.


La verdad es que se trata de un lugar maravilloso a muy pocos minutos de Málaga y de los pueblos del Valle del Guadalhorce.




Nada más llegar y dejar el vehículo en el lugar habilitado para ello, me llama la atención la cantidad de coches aparcados, que da una ligera idea de lo frecuentado del lugar. Luego se puede apreciar toda la sierra devastada, donde los alcornoques de forma sorprendente han sobrevivido y presentan un estado de desarrollo importante, igualmente sucede con  los pinos canarios de repoblación (los únicos capaces de rebrotar tras un incendio), así como con los eucaliptos. La inmensa mayoría de la sierra se encuentra cubierta de pasto anual  donde algunos pinos, la minoría han sobrevivido manteniendo a duras penas algunas ramas verdes en su copa.


Emprendemos el camino hacia el río Alaminos, y no deja de llamarme la atención un cedro solitario que crece cerca del cauce.



La verdad es que la imagen del cartel destrozado y la basura apilada no dice mucho en favor de los visitantes del lugar, con el poco trabajo que cuesta llevarse lo que uno a traído y tirarlo en casa.

Nada más empezar a ascender por el río nos tenemos que poner en cola, pues es tal la cantidad de gente que no se puede apenas circular libremente. Algunas familias incluso montan sus "chiringuitos" a la permanente sombra junto al río, y que decir de la cantidad de basura que sin querer cantidad de gente ha dejado olvidada en el lecho del río....quizás este es el vivo ejemplo del por qué muchas veces uno se plantea disfrutar en soledad de tantos rincones que salpican nuestra geografía: ¿conocer para proteger? frente a ¿Ignorar para conservar?





Al menos baja un caudal aceptable y de aguas cristalinas a pesar del verano extremadamente seco que hemos pasado.

Por doquier en las cercanías del río crecen culantrillos (Adiantum capillus-veneris), dándonos idea de lo húmedo del lugar, sobre todo en las cercanías del río, más adelante al pie de las paredes se pueden ver las hojas ahora secas de los polipodios (polypodium cambricum).




Pequeños quejigos como este que crece a los pies de un alcornoque crecen junto al sendero que recorre en paralelo el río.



Mirtos, algarrobos, chopos, brezos, adelfas, aladiernos, madroños, sauces y zarzas son frecuentes a lo largo de todo el cauce formando un bosque galería bastante bien conservado.





Donde avistamos las pendientes laderas que dan al cauce podemos observar que esta zona no fue afectada por el incendio, por suerte.

Brezo (Erica terminalis)


Otro quejigo de pequeño porte, este con unas hojas un tanto peculiares.





Imponente porte de un algarrobo junto al cauce.



Espectacular cascada aguas abajo del puente sobre el río Alaminos.

El cedro desde abajo.






Y para finalizar, un servidor no dudo en pegarse un chapuzon en estas "cálidas aguas".

Las fotos de regular calidad son todo lo que mi móvil han llegado a dar, y me ha quedado pendiente sacar unas buenas fotos de los lugares con más encanto (digamos que hoy parecían más un parque acuático que otra cosa).

Sin duda la mejor excusa para volver de nuevo a este lugar!!!







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